RON HILL, EL ATLETA QUE ACABÓ SIENDO MÁS DURO QUE SU HÉROE DEL CÓMIC

Muchos hemos crecido leyendo las aventuras de algún héroe del cómic y soñando con emularlas un día. Menos habitual es que ese personaje de ficción sea un atleta. Y más raro aun es que quien devoraba con entusiasmo sus aventuras haya acabado logrando alcanzar metas aun mayores que las conseguidas en cada historieta por su referente infantil. Algo que si ha logrado Ron Hill, toda una leyenda en el mundo del atletismo y el ‘running’ inglés, cuya trayectoria vital parece surgida de la mente de algún creador de historietas… o de la fértil imaginación de un guionista de cine… no en vano en un buen número de titulares y artículos de prensa se le denomina ‘el Forrest Gump británico’.

Hill nació a finales del 1938 en un pueblecito industrial del condado de Lancashire, por lo que su infancia coincidió con el difícil periodo de la segunda guerra mundial y las posteriores privaciones de los años de postguerra. En esa época, a finales de los años cuarenta, empezaron a publicarse en una revista de comics las aventuras de un nuevo personaje, Alf Tupper, cuyo sobrenombre era ‘el duro de la pista’. Se trataba de un modesto atleta aficionado, que trabajaba como soldador en una fábrica y que, nada más terminar su turno laboral, tenía el tiempo justo de engullir una grasienta ración del típico ‘fish and chips’ antes de acudir al estadio para competir en una carrera que, invariablemente, acababa ganando.

No importaba que muchas veces llegase por los pelos a la salida, a causa de mil peripecias que le sucedían en el camino. O que en ocasiones compitiese descalzo, porque su escaso sueldo no daba para comprar unas zapatillas con las que sustituir las que ya se le habían roto de tanto usarlas. Ni tampoco era impedimento para sus éxitos que sus rivales fuesen altivos atletas de un lujoso club deportivo para ‘gente bien’, o fornidos y algo siniestros representantes de los países de más allá del entonces muy tupido telón de acero. Cada historieta concluía siempre con Alf Tupper cruzando la cinta de meta brazos en alto mientras gritaba algo así como ‘¡he corrido más que todos ellos!’ y, en muchas ocasiones, marcaba además un nuevo record mundial.

Y justamente eso, correr más que todos sus rivales y establecer records, quería también el joven Ron Hill. Leía cada semana las hazañas atléticas de Alf Tupper, con cuya afición y estilo de vida se sentía muy identificado y, en cierto modo inspirado por su héroe de ficción, pronto comenzaba a destacar en el competido mundo del atletismo británico. Hill lograba buenos resultados en carreras locales y, poco después, a punto de cumplir los 25, igualaba el record nacional de las seis millas y ya era uno de los mejores atletas de fondo del Reino Unido. Tanto como para, un año más tarde, en 1964, formar parte del equipo olímpico británico en los Juegos de Tokio. En la capital japonesa, competía en los 10.000 metros y en la maratón, pero sus resultados distaban de los que Alf Tupper lograba. Su héroe de cómic ganaba siempre, pero en el doble estreno olímpico Ron acababa lejos de las medallas (decimosexto en la final de los diez kilómetros, decimonoveno en la maratón), así que, algo decepcionado con sus prestaciones, retornaba a casa decidido a mejorar. Para ello, se imponía a si mismo un severo régimen de entrenamiento, que incluía salir a correr absolutamente todos los días, hiciese sol o lloviese… siendo esto último lo más habitual cuando se vive bajo lo que por allí llaman eufemísticamente ‘clima británico’.

En todo caso, el esfuerzo y la perseverancia de Ron, que cumplía su plan a rajatabla y empezaba a correr a diario, sin tomarse una sola jornada de descanso, daba sus frutos. Ese mismo año de 1964 batía el record mundial de los 25 kilómetros, una distancia poco habitual pero cuyo anterior tope estaba en poder nada menos que de Emil Zatopek. Cómo si de Alf Tupper se tratara, y aunque fuese separados en el tiempo y no en un duelo directo sobre la pista, Hill también batía a uno de aquellos atletas venidos del este que los comics mostraban dibujados con expresión ceñuda y cuerpo musculoso. Y al año siguiente, en 1965, Hill se imponía en la media maratón de Freckleton con un crono de 1h05’44”, tiempo que figura en las tablas de la IAAF como la primera mejor marca mundial reconocida por el máximo organismo atlético internacional para los 21.0975 kilómetros. ¡Al igual que su héroe, Ron también sumaba ya records mundiales!

En una época en la que el atletismo británico estaba pasando por un mal momento en sus pruebas más clásicas, las de medio fondo, Ron Hill se iba convirtiendo en todo un referente gracias a sus éxitos en las competiciones de largo recorrido, que empezaban a gozar de cada vez mayor popularidad. A medida que pasaban las temporadas, el menudo atleta británico, de poco más de metro sesenta y cinco de altura, iba acumulando victorias y records en distancias que iban desde los diez kilómetros a la maratón, centrándose cada vez más en esta última hasta convertirse en uno de los mejores especialistas del mundo.

En 1969, Hill se proclamaba Campeón de Europa de Maratón en Atenas. Al año siguiente, triunfaba en la prestigiosa prueba de Bostón, siendo el primer británico en lograrlo. Poco después, volvía a emular a su ídolo de la infancia (y esta vez, además, de forma exacta) cuando, lo mismo que Alf Tupper en una historieta publicada en ‘The Victor’, ganaba la maratón de los Juegos de la Commonwealth, en Edimburgo, estableciendo una nueva mejor marca mundial en la distancia con un crono de 2h09’28”8. Un registro que mejoraba en ocho segundos el conseguido tres años antes por Derek Clayton en Fukuoka, cuando el australiano había sido el primer hombre en romper la barrera de las dos horas diez, hazaña que Hill era el segundo en lograr con su victoria en tierras escocesas.

La del 70 fue, sin duda, la mejor campaña de Ron, que aun tomó parte en otros Juegos Olímpicos, los de Munich 72, pero ya no volvió a conseguir triunfos y registros tan relevantes, aunque todavía lograse victorias destacables hasta una década después, cuando se impuso en una durísima maratón celebrada en China en 1981. Pero por aquel entonces ya era más un empresario que un atleta, habiendo fundado diez años antes su propia compañía, nacida de la unión entre su experiencia de salir a correr a diario, muchas veces bajo la lluvia, y sus conocimientos como licenciado en ciencias químicas. Harto de sufrir las inclemencias meteorológicas, con una ropa hecha en su mayor parte de algodón que no resultaba nada adecuada para protegerse del agua y la humedad tan típica de las islas, fundó la empresa que aun hoy día lleva su nombre, ‘RonHill’, que fue la primera en aplicar fibras sintéticas a la ropa de running, especializándose en los complementos impermeables y con zonas reflectantes para aumentar la seguridad cuando se sale a correr de noche, otra de las circunstancias más que habituales en su diario entrenar por oscuras carreteras de la Inglaterra rural, sobre las que, en cuanto se aproxima el invierno, cae la noche cuando apenas son las cuatro de la tarde.

A todo esto, Ron seguía con su costumbre de salir a correr cada día, un hábito que se convirtió en irrenunciable para él, hasta el punto de no interrumpirlo siquiera cuando, en 1993, sufrió la rotura del esternón en un accidente de coche. Trasladado al hospital desde el lugar del choque, Ron fue dado de alta a la mañana siguiente y trasladado a su domicilio, de donde, en cuanto su esposa y su madre salieron a hacer la compra y lo dejaron sólo unos minutos, ‘escapó’ para cumplir con su rito de correr a diario, pese a los fuertes dolores y el molesto vendaje compresor que cubría su pecho. Llevaba en aquel momento 29 años corriendo todos los días y no estaba dispuesto a dejar de hacerlo por nada en el mundo, como demostró de forma aun más obstinada unos meses después. Una operación de juanetes le obligó a llevar escayola durante varias semanas, pero ni siquiera eso lo detuvo. Con un zapato ortopédico y unas muletas logró cubrir al menos una milla diaria, aunque fuese a ritmo ‘vergonzosamente lento’, como suele contar con humor británico cuando habla del episodio.

Y así, día tras día, año tras año, Ron Hill, ya retirado del atletismo y de los negocios, siguió saliendo a correr todos los días, lloviese o hiciese sol, hasta completar los cincuenta años sin dejar de hacerlo en una carrera que le había visto triunfar mucho tiempo antes, los cinco kilómetros de Heaton Park, en Manchester. Porque además de salir a correr a diario, Ron continuó tomando parte en pruebas populares hasta el año pasado, haciéndolo además en cualquier parte del mundo para establecer otra marca difícil de superar: haber corrido en más de cien países diferentes.

Finalmente, el pasado 30 de enero del 2017, con 78 años de edad y tras 52 años y 39 días saliendo a correr al menos una milla (‘realmente una milla fue sólo aquellas veces que tuve que hacerlo con muletas, ¡normalmente siempre fueron tres o cuatro como mínimo!’, replica con una mezcla de humor y orgullo cuando le mencionan el anterior dato), Ron se tomó finalmente un ‘día libre’, según informó el Facebook de la empresa fundada por él en 1970. Su corazón empezó a quejarse, así que decidió parar porque, por mucho que le siguiese gustando correr, tampoco era cuestión de morir haciéndolo. Al fin y al cabo ya había cubierto, en esos 52 años y 39 días, un total equivalente a más de seis vueltas al mundo. Una hazaña que ni su héroe del cómic, ni el guionista que puso a correr sin parar a Forrest Gump en el cine, osaron siquiera imaginar que fuese posible. Después de todo, Ron Hill ha sido más duro que ‘Alf Tupper, el duro de la pista’ … ¡y lo ha sido, además, en la vida real!

MÁS INFORMACIÓN:

Alf Tupper, Tough of the Track – web de fans del cómic que inspiró a Ron Hill

Ron Hill, 76, completes 50-year run feat in Heaton Park – artículo en la web de la BBC sobre la carrera en la que Ron cumplió 50 años corriendo

Olympian Ron Hill ends 52-year running streak – artículo en la web de la BBC sobre los 52 años corriendo del olímpico británico

After 15,696 daily jogs, Ron Hill can give Alf Tupper a run for his money – artículo de Simon Turnbull publicado en 'The Independent' el 16 de Deciembre del 2007

Ron Hill – resumen de la trayectoria deportiva de Hill publicado en el blog Time to Run

Ron Hill: "No he dejado de correr ningún día desde el 20 de diciembre de 1964" – entrevista en vídeo realizada por Albert Caballero para Runners World

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