MARCA RUNNER ASTURIAS #042
LA EXPERIENCIA DE MARCOS PEÓN EN KENIA

Hace ahora cinco años, Marcos Peón fue a Kenia cómo atleta y volvió cómo entrenador. Una experiencia que hacía tiempo que teníamos ganas de que nos contases, Marcos ¿por qué fuiste a Kenia?

A Kenia me fui con un par de amigos, Álvaro Rodríguez, olímpico en 1500, Víctor García, olímpico en 3000 obstáculos, y otro compañero, 'Farolo', que es un fenómeno, es olímpico en lo que quiera... ¡en la vida! (risas) En aquel momento yo estaba apostando bastante por el atletismo y tenía la intriga, de hecho la teníamos los tres, de que era esto de una concentración en altitud. Y veíamos que irte a Sierra Nevada o Navacerrada, o alguna cosa así más cerca era ir ahí a entrenar y ya está... así que decidimos buscar algo un poco más exótico y así, si no nos salía bien pues por lo menos nos llevábamos la experiencia. Y nos salió bien, porque yo cuando volví la verdad es que mi rendimiento deportivo se disparó salvajemente, hay 'respondedores' a la altitud y hay 'no respondedores', y yo soy claramente 'respondedor'... y no sólo nos salió bien si no que a mi, personalmente, me cambió la forma de ver el mundo. Yo me fui para allá siendo un licenciado en matemáticas y opositor para profesor de instituto... y un poco desorientado y desencantado del mundo, y volví claramente pensando que aquello había que cambiarlo y tenía que encontrar algo diferente. Y ese algo diferente estaba clarísimo, lo tenía delante toda mi vida, era el deporte y me gustaba... y quería ser entrenador de atletismo. Y hacia ahí han ido todos mis pasos desde entonces.

¿Cuanto duró el 'stage' en Kenia?

Fueron exactamente tres semanas. Lo mínimo para que haya un incremento en el rendimiento y los efectos sean notorios es 21 días. Yo estuve un poco más, unos 23.

¿Fue pagado por vosotros?

Sí, yo en aquel momento no tenía beca federativa. Ellos dos sí, así que supongo que tuvieron algún tipo de ayuda, ya que la federación sí funciona con ayudas en este sentido a determinados atletas, y en aquel momento ellos sí que tenían el nivel para recibirlas. Y realmente fue un poco a la aventura. Desde aquí lo único que teníamos contratado era el vuelo y el hospedaje.

Allí, aparte del tema de la altitud ¿adoptásteis las técnicas de entrenamiento de los atletas de Kenia o ibáis con vuestro propio plan?

Yo llevaba mi plan (de entrenamiento) y todo el mundo que vaya a una concentración en altitud debería llevar su plan... pero bueno, cómo íbamos también en plan atletismo-turismo pues hicimos un poco el cabra y salimos a entrenar con ellos, pero no se debe hacer (risas)

¿Era un campus privado, os sumásteis a una escuela de allí?

No, Iten digamos que es un pueblo... una aldea-aldea, de chabolas y cuatro casas y quinientos habitantes cómo mucho. Y en Kenia lo que aprendes es que, igual que las familias en el centro o en el norte de África cogen al varón primogénito, o al más fuerte, y gastan todo su dinero para pagarle a las mafias por cruzar el Sáhara y cruzar el Estrecho, en Kenia lo que hacen es eso mismo pero los mandan a zonas dónde haya campos de entrenamiento de deportistas. Entonces, son quinientas personas que viven en Iten, porque nacieron allí, y unos dos mil atletas que vienen de todo el país, pagados por sus familias, que viven en barracones por allí, o en chabolas que se construyen, en grupos, y que entrenan a la espera de que en algún momento un manager o un entrenador de Europa, de Asia o de dónde sea, los capte y se los lleve a ganar cuatro o cinco carreras y le solucione la vida.

¿Y entrenando en esos grupos están desde los campeones olímpicos hasta los novatos?
Sí, el primer día que sales por allí te cruzas con una subcampeona olímpica... o, con el que más me sorprendió, que nosotros estábamos en una especia de villa, que era un alojamiento especial para atletas... tampoco era nada del otro jueves... unas habitaciones con unas duchas y un poco más lujoso que las chabolas de los keniatas pero tampoco os vayáis a pensar que era aquello la monda... y al lado había unos barracones, y un día, de la que vuelvo de entrenar me encuentro con Cherono, que en aquel momento era el recordman y el mejor obstaculista del mundo, y el tío ya había batido sus records y vivía allí. Los keniatas, en el momento en que ganan dinero, tienen una casa lujosa a 20 o 30 kilómetros, pero cuando se ponen a entrenar se van a su, digamos, 'chabola de origen'... porque no es por faltar, es que son chabolas de verdad, son casas de chapa cómo las que te puedes encontrar en los peores suburbios.

Y los horarios de entrenamiento y demás ¿os los marcábais vosotros o había entrenadores que os dirigían?

Allí esto funciona mucho por clanes. Es decir, hay un líder, que es el mejor del grupo, en este caso, Cherono, o está el de Kipruto o el de Masai, y alrededor de ellos crece el grupo y hacen todos lo mismo. Da igual que seas junior, da igual que seas bueno o que seas malo. Y allí la mentalidad es la misma que les ves compitiendo: hasta que revientan (risas). Es así, hasta que no puedes más, no existe el contemporizar que hacemos los europeos... el famoso 'fartlek' de los jueves que hacen los keniatas, que aquello es espectacular, se juntan allí treinta tíos en un cruce y llega el líder, que no es un entrenador, a veces es simplemente el que más corre del grupo, y dice 'pues hoy vamos a hacer veinte veces dos minutos fuerte, uno suave, uno fuerte y uno suave'. Eso fue lo que nos tocó hacer a nosotros cuando se nos ocurrió la feliz idea de juntarnos con ellos (risas). Y sales allí, y al principio, por esos caminos de barro y de tierra rojiza, que suben y bajan a 2000 metros de altitud, te dices 'pues esto no es tan duro'... pero cuando ya llevas dos o tres cambios te dices 'espera, voy a bajar el ritmo porque me voy a morir'... y ves que ellos no bajan el ritmo. Ellos, en el momento en el que revientan ves que se descuelgan y se tiran para un lateral (risas) Había gente que se quedaba allí sentada en la cuneta, otros que no sabías porqué pero se metían en una casa que había por allí (risas). Esa es la mentalidad, la de 'voy hasta dónde pueda', porque es que ellos, al final, se juegan el pan con el que va en el grupo...

Es una selección natural brutal...

Claro, es que allí no hay más, allí es cómo aquí en el fútbol, que todos los críos, o un noventa y mucho por ciento de los críos, van a jugar al fútbol, en algún momento dado van a pegarle una patada a un balón y un crío español, si tiene talento para pegarle a la pelota es imposible que no lo vea alguien. Pues en Kenia es lo mismo pero con el atletismo, todos van a intentar correr para salir de la pobreza. Y, además, los mejores tienen la mentalidad, tienen la fisiología, lo tienen todo para triunfar.

¿Tienen una mentalidad muy individualista entonces, no hay mentalidad de equipo al querer sobresalir respecto a los demás?

Al contrario, ellos son el grupo, quieren sobresalir pero por el beneficio colectivo, porque luego vuelven y se ayudan entre ellos, se dan material.. no es cómo los etíopes, que invierten en el país y hacen que prospere invirtiendo en cosas futuras, ellos invierten en tener una finca más grande, en tener una ganadería... son muy rurales en ese sentido. Entonces invierten en eso y emplean a los demás. Por ejemplo, hace poco se hizo muy famoso el mayordomo de Kipsang, o de alguno de estos, porque había hecho un 'marcón de la leche' en maratón. Y era por eso, era un tío que entrenaba con él, y para ayudarle lo que hizo fue emplearle en su casa. Y el tío vivía muy bien pero seguía entrenando, y no sé si hizo 2h04-05 o alguna barbaridad así (risas) y salió en prensa por eso de ser 'el mayordomo de Kipsang'.

¿Y cómo ven ellos a los de fuera, a los europeos, a los 'mzungos' que nos llaman?

Nos ven cómo la oportunidad de salir de allí... 'ponme en contacto con tu manager, dile que estoy aquí, que tengo estas marcas...', nos ven cómo la forma de salir de allí, sin más. Luego, no sé, opinarán que somos unos 'mataos' (risas)

¿Todo este 'boom' de esa gente ahí concentrada para intentar conseguir 'el Dorado' viene de no hace muchos años?

Claro, cuando han visto que esto frutificaba. Ellos fue a finales de los sesenta cuando empezaron a despuntar y se vio que era el tema de la altitud y todas estas cosas.

Y estas 'granjas de atletas' ¿no hay marcas multinacionales que las estén impulsando?

Sí, pero... a ver, si en España hay corrupción en Kenia es una locura. Hace poco, en uno de los documentales que han hecho sobre el dopaje, se veía cómo entraba dinero de Nike en las cuentas y acto seguido salía a nombre del tesorero o de no sé quien... lo tienen todo muy controlado, y cada vez más porque saben que es una entrada de dinero brutal... y, por desgracia, no lo tienen controlado en el sentido bueno, para gestionarlo bien, más bien para arramplar con todo lo que puedan. Sí que hay managers invirtiendo mucho dinero, sí que hay entrenadores invirtiendo allí y yéndose allí a buscar atletas. Hay mucha gente haciéndolo bien pero, por desgracia, hay mucha gente haciéndolo mal. Y si aquí, en España, normalmente un manager te cobra el 10-15% de tus honorarios, se decía que a los keniatas era eso lo que les pagaban, el 10 o el 15% de lo que ganaban. Los traían para acá, los hacinaban en pisos, los ponían a correr por todas las carreras, los explotaban y luego los mandaban para allá, esto fue muy célebre en los años 90.

¿Ellos allí corren con playeros o descalzos?

Corren con playeros. Los críos si que van la mayoría descalzos, o con zapatos del uniforme del colegio, pero los mayores corren todos con playeros... utilizados y requeteutilizados... yo allí dejé una bolsa enorme con ropa que me había llevado, porque te dices 'es que yo vengo aquí preocupado por mis problemas, porque veo que mi vida es fastidiada, que me cuesta, que no tengo una vocación... ¡y esta gente no tiene para comer!'.

Eso fue lo que te cambió la perspectiva

Se te pasa, se te acaba pasando y te vuelves a institucionalizar en lo que es la vida esta de aquí... peor algo queda todo el rato. Y desde entoces, lo que es relativizar problemas pues lo ves de otra forma.

¿Cómo era el día a día allí?

Allí estás más cerca del Ecuador, entonces a las 6 de la mañana es de día, a las 6 de la tarde es noche cerrada... y, evidentemente, farolas y alumbrado público allí 'brillan por su ausencia' (risas). Así que nada, a las 6 de la mañana es maravilloso salir y ver el espectáculo de gente corriendo por todas partes... tíos que van a velocidades salvajes.

¿Desayuno frugal cómo ellos, seguíais sus pautas?

Comen bien, y a nosotros nos daba de comer la mujer que tenía el hospedaje aquel y comíamos muy bien. No le acabé de coger el punto al 'ugali' este famoso (risas) que es un poco insípido, pero se comía bastante bien.

¿Y estábais todo el día corriendo?

No, que va, de hecho llega a ser muy aburrido porque, evidentemente, es un sitio maravilloso pero no es grande, no es fácil desplazarse... nos metíamos en un 'matatu' de estos, que es cómo llaman a los autobuses o las furgonetas aquellas, y tardabas un montón en llegar a Eldoret, que es lo que está más cerca... y tampoco es que Eldoret fuese un nido de diversión, es una ciudad que... bueno, la impresión que tienes cuando llegas a Kenia es que, cuando se fueron los ingleses, en torno a los años sesenta, se paró el país... tienes la impresión de estar en el decorado de una película colonial de los años 60 o 70.

¿Hacíais doble sesión, cómo era el entrenamiento cada día?

Sí, solíamos entrenar dos veces al día. Salíamos a rodar por la mañana tempranito y luego íbamos a hacer la sesión a media mañana, a las doce o así, y luego por la tarde dabas una vuelta por el pueblo o, simplemente, hacías el doblaje típico de mañana hacia las 10 y tarde sobre las 5 o por hay. Se enfadaban mucho, van muy despacio en los rodajes, en los calentamientos. Una vez salimos a rodar con ellos la doble sesión esta y un cabreo monumental. Habíamos hecho igual un 10 kilómetros en 44 minutos, que estás rodando con un keniata que corre el 10000 en 27 minutos y te dices 'este tío va de paseo'... y no, se enfadó muchísimo, no quiso volver a salir con nosotros porque habíamos ido rapidísimo (risas) Van despacio, súper despacio, es una de las cosas que más llama la atención, ruedan muy muy despacio. Eso sí, tienen dos velocidades, lento (muy lento)... ¡y muy rápido! (risas)

¿Os explicaron a que se debe esa pauta?

No, allí el tema del entrenamiento no es algo que esté muy sistematizado... es intuitivo... ellos más o menos repiten una secuencia, la que le salió bien a sabe Dios quien en algún momento dado, o que aprendió alguien en su viaje Europa. El otro día, en el entrenamiento que hablábamos de Kipchoge, luego leí un análisis de un italiano y hablaba de que, probablemente, el entrenador de Kipchoge usaba algo que había aprendido entrenando con determinado entrenador europeo en Austria, que era muy parecido a los métodos que utilizaba. Entonces, aprenden algo y lo utilizan para todos. Y, de hecho, Cherono apareció porque lo entrenaba Canova, que entrenaba al recordman anterior de obstáculos, y le decía 'oye, que hay un chico que acaba todos los entrenamientos conmigo, es un sobrino de no sé quien...' '¿Estás seguro de que acaba todos...?' '¡sí, todos!'... y (Canova) le dijo, 'pues traelo, que ese chico es bueno'... y en la primera competición que hizo batió el record del mundo junior de obstáculos y lo dejó en una marca que a día de hoy es una barbaridad.

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