ENTRENAMIENTO:
COMPETIR EN ALTITUD

La altitud afecta desde el metro uno, no hay que irse a altitudes muy altas para tener problemas. Una persona que vive a nivel del mar y se va a competir a Madrid, aunque sea a una carrera popular y no a una carrera de montaña en Peña Lara, ya está fuera de su entorno habitual y el rendimiento baja enormemente, y cuanto más alto peor. Por eso se hacen en muchas ocasiones las concentraciones en altitud, y por eso se dice que los atletas africanos, los keniatas, que viven en esas condiciones tienen el cuerpo adaptado y luego a nivel de mar rinden más.

En los Juegos Olímpicos de México, en 1968, fue dónde se empezó a tener conciencia de que la altitud afectaba, porque grandes favoritos se vieron superados por atletas que estaban mucho más adaptados. El problema con la altitud no es que haya menos oxígeno, eso es un mito, la proporción total de oxígeno en el aire no varía. Lo que sí varía es la presión, a más altitud hay menos cantidad de aire por encima de esa altura y, por tanto, menos presión atmosférica y, por eso, cuesta más que el oxígeno entre en los pulmones y se difunda en la sangre. Con lo cual lo que sí hay menos oxígeno es en sangre y eso hace más difícil alimentar la musculatura que esté trabajando.

En general, lo que se recomienda a la hora de competir en altutud es una aclimatación, ir allí con tiempo. Hablamos de aclimataciones que pueden estar en torno a los diez días. Eso para los profesionales es algo factible, mientras que no es viable para una persona que va a competir por afición, ya que un viaje a una carrera fuera supone por si solo un gasto importante cómo para, además, añadir el de la aclimatación. En estos casos, lo más recomendable es ir lo más cerca posible de la fecha de la competición, porque hay una serie de efectos adversos que pueden afectar y se habla que, en torno al día antes, en realidad en las últimas horas, no supone una pérdida en el rendimiento, o sea que cuanto más próximos a la competición mejor. Si llegas el día antes, el efecto de la altitud no te va a suponer menos pérdida que si te vas tres días. De hecho, puede incluso que esa primera aclimatación no se haya producido o haya habido una bajada del rendimiento por otras circunstancias que se dan en altitud, cómo son los problemas de sueño, la deshidratación, la posibilidad de catarros... En ese sentido, es mejor ir lo más cerca posible de la competición porque yendo algo antes no solamente no ganas sino que puedes perder por todas estas circunstancias.

Luego, lo que es el entrenamiento en altitud, hablaremos con detalle cuando tratemos sobre la concentración que hice en Kenia, que fue una gran experiencia. Ahí viví lo que es ese bajón de rendimiento que se produce los primeros días y no me imagino competir en altitud en esa primera semana.

DEJA TU COMENTARIO:

¡COMPARTE!