Diego Rodríguez Granda, fisioterapeuta de la clínica que lleva su nombre y que está situada en Oviedo, en la calle Hermanos Pidal, al lado del ‘calatrava’, nos habla esta semana de una lesión típica en los corredores de maratón, la popularmente conocida como ‘rodilla del corredor’:

La cintilla iliotibial o ‘rodilla del corredor’ es un tema muy relacionado con los corredores de larga distancia. Seguro que muchos corredores identificarán los síntomas de los que vamos a hablar puesto que es una patología que se ve bastante en consulta siempre relacionada con maratonianos y sobre todo con corredores de larga distancia.

¿Cómo es? ¿Qué se nota si tenemos este problema?

Los principales síntomas son dolores muy fuertes en la cara externa de la rodilla. La gente nos viene comentando que se quejan de la parte externa, es un dolor que empieza a los diez o quince minutos de carrera, cada vez va a más, en muchas ocasiones te obliga a parar porque es un dolor de una intensidad tan fuerte que no te permite continuar, y se extiende a veces un poco hacia dentro, buscando la rótula, se va un poco hacia debajo de la rodilla, tiene a veces un pelín de irradiación… pero principalmente la localización es esa, la cara externa de la rodilla. Es un dolor de una intensidad bastante aguda. La causa es una fricción que la cintilla, que es una estructura que va por la cara lateral, genera con el cóndilo externo. Debido a los movimientos de flexión y extensión que hacemos en los pasos de carrera, diferentes circunstancias pueden aumentar la fricción de esas estructuras y como consecuencia de esa irritación se produce la inflamación y el dolor.

¿Cómo lo podemos evitar? Porque si estamos preparando una maratón tenemos que hacer kilómetros

Efectivamente. Debemos identificar un poco los principales factores causales. La sobrecarga de kilómetros es una causa muy frecuente, con lo cual hay que saber también dosificar y planificar bien las sesiones de descanso. Tenemos que hacer una buena potenciación de toda la musculatura del miembro inferior, incluyendo sobre todo la musculatura de la cadera. Hay un músculo muy importante aquí que es el glúteo medio, que condiciona muchas veces, cuando está débil, un aumento de trabajo del tensor de la fascialata, lo cual hace que aumente la fricción de esta estructura y aumenta la inflamación. A veces hay problemas en la pisada también, diferentes apoyos que están alterados pueden condicionar un aumento de la fricción. Entonces pues hay que identificar un poco estas posibles causas que pueden predisponer a un corredor a sufrir esta patología y, lógicamente, controlarla.

O sea que si, por ejemplo, tienes una dolencia en una parte de la pierna y acabas digamos que protegiéndote, pisando con la otra, puede llegar a salirte también esta lesión.

Sin duda. Cuando de manera instintiva buscamos tapar una dolencia, cualquiera que sea, siempre estamos generando sobrecargas en otras estructuras y, por ejemplo, la cintilla puede ser una de las estructuras que pueda sufrir estos cambios de pisada y reaccionar manifestándose con dolor y con la impotencia funcional que se deriva.

¿Y la prevención? Aparte de llevar unas buenas zapatillas y, por supuesto, haberse hecho un estudio de pisada.

Pues un poco la dosificación de las cargas y el trabajo de fuerza de toda la musculatura de la cadera. Hacer unos buenos estiramientos de músculos que están implicados en toda la cara lateral, como el bíceps femoral, el vasto externo del cuadriceps, y una buena elasticidad también en la musculatura glútea.